Plan para robar $20 de la cartera de mi abuela (Menina)
Lo primero es asegurarse que Menina en realidad tenga $20 en su cartera. Sabiendo el día del mes en que recibe su jubilación, parto de allí para elaborar el plan.
1. Llego a las 12h00 a la casa de Menina.
2. A los dos minutos exactamente un muchacho (contratado por mí) toca el timbre. Menina va a ver que desea.
3. Él le dice que está ahí para ver si Menina desea que le limpie el patio y las jardineras.
4. Independientemente de la respuesta de Menina, el chico le preguntará si puede entrar un ratito a coger unos mangos.
5. Seguramente Menina le dirá que no porque no lo conoce pero en ese momento pasará por allí Adriana, mi vecina y amiga, hija del doctor que atiende generalmente a mis abuelos; como habremos acordado antes, ella saludará al muchacho de la puerta como si lo conociera desde hace años. Ella accederá a hacerlo aunque no le explique el por qué. De esta manera mi abuela comprobará que el muchacho no es un desconocido completo y lo dejará entrar para que coja los mangos.
Mientras esto ocurre dentro de la casa estaremos solo Margarita, la señora que ayuda a mi abuela, mi abuelo, que estará arriba esperando a que Menina lo llame para almorzar y yo. Lo de mi abuelo está cubierto, él no se percata de nada cuando está en su dormitorio. Lo más complicado es distraer a Margarita. Ahora, aunque nadie me viera hurtar los $20 de seguro sospecharían de mí, por ninguna otra razón que la de que no hay nadie más de quien sospechar; Margarita es una reliquia en la casa y nunca se insinuaría nada contra ella. Lo más importante es que ni siquiera se les ocurra pensar en mí cuando lo descubran. Por lo tanto, es aquí que entra mi hermana Elena en el plan. Ella será mi cómplice, dividiré con ella la ganancia para que ese día en lugar de ir a la universidad se quede escondida toda la mañana hasta la hora convenida.
6. En el instante en que Menina sale a ver quien tocó el timbre, yo empiezo a quejarme exageradamente de un calambre terrible en toda mi pierna, eso ya me ha ocurrido y sabría bien como imitarlo, esto para mantener distraída a Margarita.
7. Mis alaridos serán la señal para que Elena baje sigilosamente y proceda a retirar los $20 de la cartera de Menina, teniendo cuidado de hacerlo rápida y silenciosamente. Después de esto subirá a esconderse nuevamente.
Para evitar que alguien descubra a Elena es necesario hacerlo el día de la semana en que no se limpian los cuartos y que no suben a guardar la ropa limpia o retirar la sucia, etc. Es decir que el día viernes sería perfecto, el más cercano a la fecha de pago de la jubilación. Una vez garantizado esto, es realmente fácil permanecer escondida arriba porque hay un cuarto interior que aparte tiene un anexo y no se suele entrar allí, y en ese caso uno puede esconderse muy bien detrás de cierto mueble arrinconado en dicho anexo.
8. Una vez que yo esté segura de que Elena no ha sido vista ni sentida empezaré a calmarme poco a poco.
9. Luego, cuando Menina ya se ha desocupado de atender al muchacho, con cualquier excusa (puedo pedirle dinero o cualquier otra cosa) haré que abra su cartera y allí es cuando ella se percatará de que los $20 ya no están.
Esto es muy importante para afianzar aun más la idea de mi inocencia, ya que en ningún momento me perdí de vista desde que llegué a la casa.
10. Un par de horas más tarde, cuando ya Margarita se ha ido a descansar y Menina se haya distraído un poco del robo de los $20 y esté enfrascada con sus novelas, haré que Elena baje con el uniforme y la mochila, irá hasta la puerta del patio y pretenderá que recién llega tocando el timbre. Yo, obviamente estaré en la cocina para “abrirle la puerta” rápidamente, antes de que nadie más salga a ver quién es.
11. Entonces, ambas iremos donde Menina para que vea que recién ha llegado y de esta manera las dos quedaremos libres de toda sospecha.