lunes, 29 de noviembre de 2010

en la calle...





cuando recién llegué, él estaba acostado en el suelo sobre unos cartones, junto al nacimiento q la gente del barrio ha puesto en la calle. Hasta ahora yo solo había visto estos nacimientos en el Barrio Cuba, así que me sorprendí un poco...
luego, aparentando dibujar el arbolito de navidad cogí unos apuntes del señor, que ahora estaba sentado y hablaba con algunos vecinos.
me llamó mucho la atención su actitud desenvuelta, su postura inteligente... aunque a ratos divagaba...






Al parecer este era el primer día que se exhibía el arbolito y el nacimiento, porque la gente que pasaba se detenía y hacía algún comentario, generalmente positivo sobre cómo había quedado...
el árbol estaba hecho de tubos de metal y cruzado con luces navideñas que al momento estaban apagadas.




Este era un señor como cualquier otro, que barría las hojas caídas de los árboles en una esquina, fue lo primero que ví cuando me dispuse a dibujar y llamó un poco mi atención su actividad, que generalmene está a cargo de empleados municipales; al menos en el sector que yo vivo es así...
Pensé que los vecinos de este sector se turnan para mantener un poco limpias las aceras pero después supuse que sería de la casa de allí al pie y que este señor limpiaba su "parte" de la calle, aunque nunca entró en dicha casa (???)
Estuvo aproximadamente unos 15' barriendo de la esquina a la mitad de la cuadra de ambos lados y de regreso para recoger los montones.




A los pocos minutos de haberme instalado en la esquina para observar y dibujar tres hombres se situaron a poco más de un metro de distancia de mí... y empezaron a conversar en un tono para que yo los escuche; incluso uno de ellos en respuesta al comentario sarcástico de otro, sobre que él quería ser mi modelo, le contestó que él había sido modelo de Botero... jajajaja...
a ratos también conversaban con el señor que dormía sobre cartones en la acera así que, aunque yo me hice la sorda y ni les obsequié con la cortesía de sonreírme un poco, sin que ellos se dieran cuenta hice un pequeño esbozo de sus siluetas...







el árbol que tenía en frente mío estaba situado en la esquina junto a una tienda de abarrotes y brindaba una espléndida sombra a los paseantes y los que compraban en la tienda...
al parecer a este perrito le pareció un buen sitio para echarse una siestecita puesto que estuvo allí gran parte del tiempo que me quedé en esa esquina y ni las bicicletas que pasaban junto a él, ni el ruido de los carros y ni  las voces o gritos de la gente lo perturbaban...
nunca antes había tenido oportunidad de dibujar a un animal, así que aproveché su quietud para tomar unos apuntes.




levanté la mirada y ví colgados de unos cables de electricidad los consabidos zapatos gastados.... y aunque es esta una imagen bastante recurrente y que no me genera ninguna pregunta o inquietud, recordé que de pequeña los veía y trataba de imaginar como diablos habían llegado allí y por qué, y me imaginaba un sinnumero de explicaciones geniales como por ejemplo que alguien muy alto muy alto había pasado por allí y los había dejado y luego no recordó donde los había puesto... o que un hombre en zancos había pasado por allí y ese era su rastro o, por último que a un chico jugando a lanzarlos al aire se le habían quedado allí y ya no los podía bajar...









Fui al barrio cuba y me adentré  un poco en dirección a la ría. Me senté un rato sobre una piedra y ví a una niña asomada a su ventana que con curiosidad me observaba pero cuando yo la veía, desviaba su mirada… así estuvimos un rato, espiándonos la una a la otra hasta que ella se apartó de la ventana…





Este pequeño estaba allí parado, casi a media calle, como buscando algo o alguien. Durante casi un minuto no se movió, excepto que giraba un poco la cabeza a los lados y los ojos... no podría asegurar si encontró lo que o a quien buscaba pero después de un momento ya no lo ví más durante el tiempo que estuve allí…






Frente a mí estaba un señor q aparentemente meditaba; pensé esto porque simplemente estaba allí, sentado, con una botella de agua a su lado y con la mirada perdida… por la expresión imaginé que cavilaba sobre algo muy importante… o quizás no…




Una señora se acercó a la tienda situado un poco más allá de donde yo estaba sentada; al parecer allí se topó con una amiga (esto último ya es suposición mía) con la que se puso a conversar durante unos minutos antes de entrar en la tienda y de vez en cuando dirigía su mirada a mí, como inquieta, seguramente preguntándose que hacía yo allí y porque la miraba tanto… yo por mi lado trataba de disimular…


En la acera diagonal se estacionó una furgoneta… para cuando noté su presencia un hombre con casco de seguridad que me daba la espalda parecía que escribía algo en su celular y se mantuvo en esa posición un rato hasta que repentinamente cerró de golpe la puerta de pasajeros de la furgoneta y con pasos rápidos la rodeó por delante, se embarcó en ella y arrancó, dobló en la esquina y se alejó…

noté que había un bicicletero que cada vez y cuando pasaba en frente mío...
Al comienzo lo ignoré, luego me dio miedo porque por estos lugares los ladrones muchas veces van en bicicleta (cuando los veo suelo cruzar la calle) pero después de un rato me percaté de que había bastante gente alrededor y que no representaba un peligro para mí así que me relajé.
Y el bicicletero siguió dando vueltas durante todo el rato que estuve por ahí...




en la esquina de la panadería se agrupaban unas cuantas palomas...
ellas aquí se sienten como en su casa porque ni los pitos ni el ruido de los motores de los autos logran que ellas levanten el vuelo... Imagino que las migajas de la Panadería colombiana deben resultar deliciosas para ellas (yo opino de manera muy distinta).
nunca lo había pensado pero creo que las palomas no son lo estúpidas que parecen o que su fama les atribuye; al parecer ellas siguen a un lider de la bandada, porque había una que siempre tomaba la iniciativa y las otras repetían...




el doblar por la esquina donde yo estaba dibujando, al frente, hay una tienda. en ese momento estaba cerrada, un hombre mayor estaba sentado en la entrada, en un escalón, solo... solo con su periódico, me pareció que era la Extra. En un momento dado se llevó las manos a la cara y se cubrió casi todo el rostro y ya no las retiró... así se quedó mientras yo le echaba miraditas indiscretas para dibujarlo... no sé si esa pose respondía a que yo lo estaba viendo y adivinaba mis intenciones o a que se acababa de acordar de algo o que tenía un gran problema... no lo sé...




una chica, a la que juzgué universitaria por la bolsa y porque por ahí queda la UPS, pasó rapidamente delante mío, no iba por la acera sino por la calle... esto se entiende porque por esas calles no circula demsiado tráfico. Tuvo que disminuir un poco el ritmo porque debía sacar su celular de la bolsa (no sé si le sonó o se acordó que debía comunicarse con alguien en ese momento) pero enseguida lo retomó con la misma celeridad...




diagonal a mí, donde antes había estado estacionada la furgoneta hay otra despensa... este barrio está lleno de ellas, por lo menos una por cuadra... a ella se acercó un niño que tuvo que esperar un buen rato antes de que lo atendieran porque parece que estaban recibiendo mercancía nueva; mientras lo veía me puse a pensar lo inocente que es uno durante su infancia... uno se cree que es muy listo pero en realidad somos bastante impresionables... lo digo porque si yo hubiera estado allí parada en la tienda o me hacía escuchar o me iba a otra... aquí hay para escoger... pero el niño, que de vez en cuando movía frenéticamente la pierna derecha esperó pacientemente hasta que lo atendieran...





En la tarde del sábado fui al barrio del astillero y me detuve en una esquina diagonal al local de empanadas… justo en ese momento un hombre que me pareció que era  el dueño estaba ahí en la acera conversando con otro tipo, allí estuvo durante un momento más antes de entrar al local…




Pasando la calle, como a media cuadra hay una tienda de repuestos para carros pero me pareció que adentro no había nadie,  cosa que me llamó la atención ya que estaba abierta; desde fuera se notaba como descuidado el interior, más bien oscuro… justo al lado había una puerta de hierro con un letrero de papel bastante gastado que decía SE ALQUILA, pero no alcancé a comprender si lo que se alquilaba era el local o el edificio entero…






Una cuadra antes, entre una farmacia y una modistería hay un local de shawarmas (lo detesto), aún no se percibía ningún olor de comida (lo cual agradecí) pero estaba con la puerta enrollable medio abierta así que seguramente estaban recién  limpiando y organizando las cosas para abrir en cualquier momento…

Vi pasar este niño que caminaba rápidamente. Al comienzo pensé q estaba solo pero luego me percaté de que iba siguiendo a una niña mayor que caminaba un poco delante de él… me apenó mucho verlo sin zapatos pero por su aspecto general no parecía desamparado, más bien parecía que no le molestaba ir descalzo y pensé q a lo mejor era del barrio y gustaba de andar de esa manera por ahí…


martes, 23 de noviembre de 2010

trece maneras de mirar a un mirlo. Wallace Stevens

1
Entre veinte cerros nevados
lo único que se movía
era el ojo de un mirlo


2
Yo era de tres pareceres,
como un árbol
en el que hay tres mirlos


3
En el viento de otoño giraba el mirlo.
Tenía un papel muy breve en la pantomima.


4
Un hombre y una mujer
son uno.
Un hombre y una mujer y un mirlo
son uno.



5
Yo no sé si prefiero
la belleza de las inflexiones
o la belleza de las insinuaciones,
si el nido silbando
o después.



6
El hielo cubría el ventanal
de cristales bárbaros.
La sombra del mirlo
lo cruzaba de un lado a otro.
La fantasía
trazaba en la sombra
una causa indescifrable.



7
Oh, delgados hombres de Haddam,
¿por qué imagináis pájaros dorados?
¿No veis cómo el mirlo
anda entre los pies
de las mujeres que os rodean?




8
Conozco nobles acentos
e inevitables ritmos lúcidos;
pero también conozco
que el mirlo anda complicado
en lo que conozco.


9
Cuando el mirlo se perdió de vista
señaló el límite
de un círculo entre otros muchos.




10
Al ver mirlos
volar en la luz verde,
hasta los charlatanes de la eufonía
gritarían agudamente.



11
Viajaba por Connecticut
en un coche de cristal.
Una vez le entró el miedo,
por haber confundido
la sombra de su equipaje
con mirlos.



12
El río se mueve.
Estará volando el mirlo.




13
Toda la tarde fue de noche.
Nevaba,
iba a seguir nevando.
El mirlo se detuvo
en la rama del cedro.