En clase estuvimos conversando sobre los procesos que uno tiene a la hora de desarrollar una obra. Es interesante ver como cada uno comienza a abordar de manera distinta la “idea”; claro que hay unos procesos que se parecen entre ellos más que otros pero cada método tiene lo suyo y tiene mucho que ver la personalidad de cada uno. También influyen bastante los conocimientos previos que se tengan (por ejemplo otras profesiones aparte del arte o aficiones de cada uno).
Sobre lo que más se hizo hincapié fue acerca de la investigación, que tiene que ser algo muy metódico, porque de esta manera podremos calcular bien “la jugada” (“las cuatro jugadas” jejeje…). Pero más importante que esto es lanzarse y hacerlo, aún cuando no se sepa en qué va a acabar, incluso con el riesgo de estar perdiendo el tiempo porque al final puede no resultar (que en realidad no es tiempo perdido porque toda experiencia es valiosa).
Bueno… y qué decir de mi proceso personal para llegar a una obra… la verdad es que no tengo mucha experiencia al respecto… Usualmente comienzo pensando: ¿ummm…. qué quiero decir? Tengo ciertos prejuicios con aquella clase de obras que según yo solo dicen cosas para el momento, o sea, que cuyo interés es un interés creado; prefiero, o mejor, encuentro más honesto (no sé si este sería el término) aquel trabajo que denota una preocupación real, y eso se lo puede comprobar siguiendo el trabajo del autor o teniendo conocimiento previo de su vida. Por eso cuando tengo que empezar a hacer algún proyecto u obra trato de canalizar las ideas hacia los temas que realmente me interesan; lo malo es que a veces terminan siendo cosas muy personales que a nadie más le interesan y supongo que mi manera de mostrarlo tampoco contribuye a hacerlo más interesante.
Luego, me pongo a escribir, todo lo q se me venga a la mente sobre el tema, incluso las divagaciones y voy haciendo al mismo tiempo una preselección de las cosas q podrían funcionar para luego analizarlas más detenidamente. Hay veces en que las mejores ideas son las primeras que surgen, aunque igual continúo haciendo el ejercicio de escribir hasta q ya no se me ocurre nada más o me duele la mano, después hago bocetos; pero la mayoría del tiempo me cuesta mucho dar con una buena idea, en otras palabras, factible. Seguramente esta dificultad que tengo se debe a que me falta mucho por conocer, muchos artistas, muchísimas obras; cuando tengo una idea que me parece que podría resultar voy e investigo que se ha hecho sobre ese tema o con el material con el que quiero trabajar pero creo que cómo no sé bien que quiero encontrar, mi supuesta investigación termina siendo no muy fructífera y siempre me quedo con ese malestar de que me perdí algo y que ese algo podría ocasionar que mi obra valga trozo…
En fin…
Finalmente, lo realmente provechoso de haber tenido esta conversación es que la próxima vez que vayamos a hacer una obra tendremos más conciencia de eso, del proceso, que es tan importante como la obra en sí. Y en conclusión, sea lo que sea, te interese lo que te interese, hay que nutrirse con muchos conocimientos para ser un buen artista, y trabajar bastante, no tener miedo a experimentar cosas nuevas y arriesgarse, ser honesto y sobre todo, creer en lo que haces.
